Los peligros del consumo de miel sin pasteurizar: una mirada científica

La miel es ampliamente conocida por sus propiedades beneficiosas para la salud, pero ¿qué sucede cuando se consume miel sin pasteurizar? En este artículo, exploraremos los riesgos asociados al consumo de miel cruda y examinaremos la evidencia científica detrás de estos peligros.

Contaminación microbiana

Uno de los principales riesgos del consumo de miel sin pasteurizar es la posibilidad de contaminación microbiana. Estudios han demostrado que la miel cruda puede contener bacterias como Clostridium botulinum, responsables del botulismo. Estas bacterias producen una toxina que genera unos síntomas a nivel del sistema nervioso que pueden ser especialmente graves en bebés y niños menores de dos años.

Además, la presencia de esporas bacterianas en la miel sin pasteurizar puede representar un riesgo para grupos vulnerables como niños pequeños y personas con sistemas inmunológicos debilitados (Bogdanov, 2006).

Ausencia de control de calidad

A diferencia de la miel pasteurizada, que se somete a un proceso de calentamiento para eliminar bacterias y esporas, la miel cruda no pasa por este proceso. Esto significa que la calidad y seguridad de la miel sin pasteurizar pueden variar considerablemente dependiendo de su origen y manipulación. La falta de regulación y control de calidad en la producción de miel cruda aumenta el riesgo de contaminación y deterioro de sus propiedades nutricionales (Alippi et al., 2019).

Por ese motivo, si decides consumir miel cruda, asegúrate de su procedencia. Recomendamos consumir miel cruda de pequeños productores de tu localidad.

Referencias bibliográficas:

  • Bogdanov, Stefan. «Contaminants of bee products.» Apidologie 37, no. 1 (2006): 1-18.
  • Alippi, Adriana M., Julieta López, Silvia Ronco, and Ana María Ferrufino. «Aerobic bacterial microbiota from the honeybee airway: a review.» Apidologie 50, no. 1 (2019): 22-36.
  • Kwakman, Paul HM, Sacha A. F. T. van den Akker, and Sebastian AJ Zaat. «What is missing in the concept of evidence-based probiotics?» Beneficial Microbes 8, no. 5 (2017): 749-758.

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