Las abejas melíferas son verdaderas forasteras incansables en el reino de los polinizadores. Aunque una abeja obrera produce menos de una cucharadita de miel en toda su vida, una colonia de 60.000 abejas suma una impresionante cantidad de vuelos y recolección.
En este artículo, desvelaremos el alcance de la determinación de las abejas melíferas al buscar néctar, polen y agua. ¿Qué tan lejos están dispuestas a llegar en su búsqueda de recursos? Acompáñanos en este viaje al mundo de las abejas recolectoras
El radio de acción de las abejas melíferas
Se suele decir que una abeja melífera puede volar hasta aproximadamente 8 kilómetros de distancia desde la colmena en busca de recursos. No obstante, esta cifra es más la excepción que la regla y, por lo general, se da cuando no hay recursos más cercanos disponibles. Las abejas melíferas son todo menos perezosas, pero normalmente vuelan en un radio típico que oscila entre los 2 y los 3 kilómetros, siempre y cuando haya recursos disponibles en este rango.
Este rango es notablemente más amplio que el de otras abejas, como las abejas albañiles y los abejorros, que prefieren buscar dentro de un radio de unos pocos cientos de metros de su hogar.
Más allá del néctar: polen, agua y la supervivencia de la colmena
La recolección de néctar no es el único motivo de las salidas de las abejas melíferas. También se aventuran en busca de polen, que es vital para la colmena, ya que lo almacenan y lo utilizan para alimentar a las crías en desarrollo. Además, las abejas recolectan agua, que es esencial para enfriar la colmena durante el verano y diluir las reservas de miel cristalizada si es necesario. Por último, las nuevas reinas abandonan la colmena para encontrar áreas cercanas de congregación de zánganos y aparearse, garantizando así la perpetuación de la especie.
Referencias Bibliográficas
- Winston, M. L. (1987). The Biology of the Honey Bee. Harvard University Press.
- Camazine, S., & Morse, R. A. (1988). How do honey bees (Apis mellifera) select food sources? Behavioral Ecology and Sociobiology, 22(6), 423-429.