Es imprescindible cuidar y mantener nuestra microbiota intestinal ¡Descubre cómo!
¿Qué diferencia existe entre un probiótico y un prebiótico?
Un alimento probiótico es aquel que contiene microorganismos vivos (como por ejemplo bacterias o levaduras). Tienen como finalidad de aumentar la cantidad de bacterias “buenas” que se hospedan en nuestro organismo. Este tipo de bacterias son cruciales para nuestro correcto funcionamiento.
Un ejemplo conocido por todos sería el yogur, en el que la presencia de las bacterias Lactobacillus es muy significativa, ayudando así a nuestro organismo a digerir la lactosa y protegernos de enfermedades gastrointestinales.
Sin embargo, no escuchamos hablar tanto de los alimentos prebióticos. Estos son igualmente necesarios y relevantes, puesto que estimulan el crecimiento de determinadas bacterias beneficiosas, actuando como sustrato (alimento) para las mismas.
La miel como prebiótico
La miel posee un elevado contenido de azúcar y por lo tanto, no debemos abusar de su consumo. Aún así, es importante conocer que el azúcar presente en la miel (oligosacáridos de cadena corta) es imprescindible para el crecimiento y mantenimiento de una microbiota sana. Su consumo, por lo tanto, mejora la salud gastrointestinal, favoreciendo la absorción de nutrientes y otros prebióticos.
Un estudio de la Universidad de Guadalajara (México) se propuso evaluar el efecto prebiótico de la miel sobre algunas bacterias presentes en el cuerpo humano. El estudio concluyó que la miel promovía el crecimiento de bacterias probióticas, con el consecuente beneficio para la salud. En dicho estudio se hace referencia también a cómo la miel puede convertirse en el candidato perfecto para sustituir el azúcar de mesa que utilizamos en nuestro día a día. De esta forma. utilizando la miel para endulzar nuestras infusiones, desayunos o postres, nos podemos beneficiar de sus propiedades.
Idea para el desayuno : Bol nutritivo por las mañanas
Para conseguir un desayuno nutritivo y rico en probióticos y prebióticos puedes añadir yogur natural, miel, frutos secos, semillas de chía y alguna fruta. Puedes añadir tus frutos secos favoritos, o combinarlo con kéfir. Un desayuno lleno de minerales y vitaminas. ¿Te animas a probarlo?